Luisa Suárez | @luisasuarez00
El 2 de junio de 2010, el cumanés Armando Galarraga estuvo tan sólo a un out de convertirse en el primer venezolano que logra un juego perfecto, lanzó 8 2/3 entradas perfectas, pero el laurel desapareció con el bateador número 27, cuando el umpire del momento decidiera emitir una errada decisión.
El novato Jason Donald de los Indios de Cleveland disparó una bola en dirección al primera base Miguel Cabrera, quien lanzó la bola a Galarraga que salió a cubrir la primera base, pero el umpire de primera base Jim Joyce incorrectamente marcó "quieto" en una jugada cerrada, lo que impidió conseguir el juego perfecto y también lo despidió del no hit no run. Galarraga retiró al siguiente bateador, y así completó un juego con un solo hit.
Posteriormente la prensa de Detroit lo tituló "el juego perfecto de 28 outs". El venezolano hizo 88 lanzamientos, 67 de ellos fueron strikes. Si hubiera completado el juego perfecto con 83 lanzamientos, hubiera sido el número más bajo de lanzamientos hechos desde el juego perfecto de Addie Joss en 1908, también habría sido el segundo juego perfecto en la MLB en tan solo cuatro días, ya que Roy Halladay de los Phillies había lanzado uno el 29 de mayo.
Uno de los hechos más impactantes ante lo ocurrido, fue la actuación del pitcher venezolano quien expresó posterior al juego “Nadie es perfecto” sin mostrar resentimiento alguno, Jim Joyce, el enemigo público de esa polémica noche en el Comerica Park reconoció su error, presentó después una disculpa directa a Galarraga, diciendo que la marcación fue incorrecta y declaró: “Le acabo de quitar un juego perfecto a ese chico, Pensé que (Donald) había llegado antes que el tiro. Estaba convencido de que llegó antes, hasta que vi la repetición”
Posterior a esto el criollo expresó: “Él tiene que sentirse peor que yo. Le doy mucho crédito a este señor por haberme dicho lo siento” la situación se catalogó como un ejemplo de espíritu deportivo, y se le obsequió una "Medalla de la sensatez" por su respuesta a la decisión del umpire en el Rally to Restore Sanity and/or Fear (Rally para Restaurar la Sanidad y/o el Miedo), y el presidente de General Motors le obsequió un Corvette convertible.