Jesús Ponte / @chuchoponte
14 veces votado para el Jugador Más Valioso y dos de ellas ganador, triple coronado, siete Bates de Plata, cuatro títulos de Bateo, 11 veces invitado al Juego de Estrellas y un anillo de Serie Mundial. Todos méritos de Miguel Cabrera, que tiene un promedio vitalicio en MLB de .321, OBP de .399, .592 de SLG, y .961 en OPS, estadísticas que podrían ser mejores si no jugara en un estadio tan complicado para los bateadores como el Comerica Park, y si los jardineros contrarios no fuesen tan buenos a la defensiva.
Y esto se puede demostrar a través de una estadística nueva, diseñada por MLB Statcast, en la que se calcula la distancia del batazo, su velocidad y ángulo de la pelota, para determinar cuál es el porcentaje de que el mismo sea hit o cuadrangular. Se llama Hit Probability. Todo esto sin tomar en consideración las formaciones defensivas.
Miguel Cabrera tuvo el sexto mejor OPS de las Grandes Ligas en 2016 con .956, por detrás de David Ortiz (1.021), Mike Trout (.991), Daniel Murphy (.985), Joey Votto (.985) y Freddie Freeman (.968). Sin embargo, con esta estadística se demostró que el maracayero debió tener .142 puntos más en OPS. Porque hubo conexiones que llevaban una distancia de 400 o más pies y que su velocidad estaban por encima de los 100 kilómetros por hora, y no fueron imparables. Batazos que 95% de las veces serían inatrapables, según este nuevo cálculo que se lleva a cabo desde 2015.
Solo Kendrys Morales fue el toletero que vio disminuido más su promedio de OPS en 2017, luego de conectar batazos que en 95% o más de las ocasiones eran sin enemigos, y que terminaron siendo outs.
En 2015 esta estadística calculó que Cabrera fue el séptimo bateador más perjudicado en la Gran Carpa. Curiosamente Wilson Ramos fue quien tuvo numeritos más bajos, a pesar de tener conexiones de nivel.
Los números de Miguel Cabrera demuestran su grandeza en las Mayores, y desde ya hacen pensar que el Salón de la Fama lo espera. Pero de no ser por las condiciones adversas de su estadio, las formaciones defensivas que tienen ante él y una pizca de mala suerte, su leyenda resultaría aún más grande.