César Sequera Ramos || @CSequera11
En el juego del pasado sábado, los Tigres de Detroit consiguieron una aplastante victoria contra los Astros de Houston a punta de cuadrangulares. Andrew Romine, Ian Kinsler y Víctor Martínez sacudieron batazos de vuelta entera en la tercera entrada, algo que trajo un mal presentimiento en el dogout.
“Estaba hablando con Kirk Gibson y él dijo: ´Alguien será golpeado luego de esos batazos´”, señaló Justin Verlander a Detroit Free Press. “No creo. Esto es Spring Training. No golpearán a nadie”, respondió el lanzador.
Acto seguido, Miguel Cabrera fue impactado en su antebrazo por un lanzamiento del joven Edison Frías. Varios jugadores de los Tigres salieron de la banca para reclamar tal acción, pero el venezolano con un solo gesto, tranquilizó los ánimos.
“Él hace lo que necesita para estar listo”, explicó Cabrera a MLB, señalando que no fue intencional porque el envío que lo impactó en su brazo fue un slider y no la recta. “Yo también hago lo necesario para estar listo”.
Nada pasó mayores, más allá que el lanzador fue expulsado del encuentro. Miguel Cabrera se encargó de tranquilizar a sus compañeros, que estaban cerca de saltar al terreno para “defender” a su estrella y convertir un juego de preparación, en una batalla.
“Necesitamos protegerlo”, agregó Justin Verlander. “Tuvimos varias lesiones el año pasado, cuando a nuestros jugadores los golpearon en la mano. Pero eso es parte de la grandeza de Miguel Cabrera. No quería que se vaciaran las bancas y hubiera una pelea”.
El gesto que realizó Miguel Cabrera no solo sirvió para calmar a sus compañeros, sino decirle al cuerpo técnico que no había nada de qué preocuparse. “Siempre te preocupas, pero nos indicó que estaba bien”, comentó Brad Ausmus, mánager de los Tigres.
Tan bien estaba, que en su siguiente turno sacudió una soberbia línea al jardín derecho, su segundo indiscutible del encuentro. Pero lejos de eso, Miguel Cabrera demostró que es un talento especial y que no necesita batear para demostrarlo.