Ángel Padrón fue el gran protagonista de la noche tras lanzar el segundo juego sin hit ni carreras en la historia de la Serie del Caribe. El zurdo logró una presentación soñada para guiar el triunfo por paliza de los Tiburones de La Guaira (9-0) sobre los Gigantes de Rivas de Nicaragua.
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Lo que a principio estaba pautado para una salida de tres o cuatro entradas terminó en una de las actuaciones más impresionantes para un serpentinero en el clásico caribeño. El lanzador dejó un desempeño sensacional al recetar cuatro ponches, otorgar un boleto y no permitir imparables en nueve innings completos.
Además de darle todo el crédito a Oswaldo Guillén por darle la pelota frente a los nicaragüenses, Padrón puede darle su reconocimiento a uno de los grandes nombres en la parte técnica, que lo ayudó en la pasada temporada de la LVBP. Carlos Zambrano, coach de pitcheo de La Guaira, le cambió la cara al equipo desde montículo y su trabajo se vio reflejado en la imponentes hazaña del zurdo.
"Cuando llegué aquí (a Tiburones) se encontraba en el bullpen y no lo tomaban en cuenta. Hablé con Ozzie y David Davalillo para darle la oportunidad y mira en lo que resultó. Al igual que (Ricardo) Pinto, ha sido una persona que ha guerreado todo el año con nosotros", declaró el entrenador.
Con la increíble conquista de Padrón, el Toro recordó cuando lanzó su único no-hitter en las Grandes Ligas frente a los Astros de Houston en 2008. "Cuando el marcador estaba 5-0 quería que se quedara así porque así quedó el score cuando yo lancé no hit ni run", mencionó.
Bajo las directrices de Zambrano, los litoralenses coleccionaron la mejor efectividad en la postemporada de la LVBP (3.94), siendo crucial en el título conseguido después de 38 años de sequía. De la misma manera, sus indicaciones han sido vitales para que la novena arrasara en la primera fase del clásico caribeño.