Jesús Ponte || @Chuchoponte
Si uno les pregunta cuál es su balance general de la Serie del Caribe, la mayoría de los equipos que no se llevan el trofeo podrían decir que es negativo.
Aunque siempre existen casos particulares, en los que, a pesar de no quedarse con el campeonato, el saldo es positivo.
Tal cual como pasó con las Águilas del Zulia en la más reciente Serie del Caribe. Los dirigidos por Lipso Nava se mostraron como un equipo sólido durante el torneo.
Su pitcheo se destacó, pese a que en cinco duelos los monticulistas dejaron efectividad de 4.09. Sin embargo, si se toma en consideración la primera etapa, la tasa de carreras limpias es de 2.82, una demostración de que ese departamento se mostró a la altura. Pero en el juego definitorio (semifinales), se derrumbó el cuerpo de lanzadores de los rapaces y permitió nueve rayitas, para derrumbar cualquier posibilidad de quedarse con el torneo.
La rotación, en líneas generales, cumplió. En total, la de las Águilas del Zulia dejó efectividad de 4.35 en 20.2 innings de labor. Pero si se saca de ese grupo a Mitch Lively, que no fue ni la sombra del Lively que se vio en la final, la estadística de carreras limpias permitidas cada nueve innings por el cuerpo de abridores es de 2.70.
Thiago Da Silva, Hassan Pena, Rómulo Sánchez y Francisco Buttó cumplieron con su deber. Ninguno de estos lanzadores concedió carreras durante la Serie del Caribe y sumaron entre todos 10.2 entradas de trabajo, en las que apenas permitieron que se les embasaran ocho bateadores.
Por su parte, serpentineros de los cuales se esperaba mucho más, como es el caso de Leonel Campos, Pedro Rodríguez, Luis Ramírez y Lively terminaron siendo de muy poca ayuda para la causa zuliana.
Entre ese cuarteto de lanzadores permitieron 11 rayitas, y apenas lanzaron 4.2 episodios, en los que dejaron una altísima efectividad de 21.24
Bateo de altas y bajas
La toletería aguilucha no fue del todo balanceada. .294 fue el promedio al bate de los rapaces, que contaron con una tímida producción de José Pirela y Freddy Galvis, pues entre ambos solo impulsaron dos carreras y anotaron tan solo tres rayitas.
No obstante hubo producción de los más experimentados. Ronny Cedeño fue la gran figura del bateo. En cuatro juegos el oriundo de Puerto Cabello descosió el pitcheo rival, al dejar un promedio al bate de .474, con cuatro remolcadas y tres anotadas. Su OPS fue de 1.058.
René Reyes destacó como de costumbre y se fue del campeonato con promedio de .333 y porcentaje de embasado de .455. Además, su jonrón definió el último choque de la primera fase ante los Tigres del Licey.
Más allá de la eliminación, Zulia se mostró como un equipo sólido, que tuvo algunas participaciones individuales de bajo nivel, pero que guerreó en cada uno de sus encuentros.
“Llegamos hasta aquí (semifinales de la Serie del Caribe). Nadie se imaginaba que llegaríamos casi a la final, pero es un poco triste, porque las cosas no se nos dieron en Culiacán. Esta serie tiene que mejorar ese formato, sobre todo eso que hicieron después de la primera ronda, cuando no sabíamos si nuestro rival era Cuba, Puerto Rico o México”, afirmó Lipso Nava a través de un comunicado de prensa de Cárdenas Sport Media. El timonel de 49 años de edad espera que el formato de la Serie se revise para las próximas campañas, pero quedar eliminado no quita el buen sabor de boca de las Águilas, un equipo que volvió a tener garra.