J.P.
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La pérdida física de un familiar o amigo nunca es fácil de superar. Hay particularidades de la persona que dejan marca.
Rubén Quevedo es un fiel ejemplo de esto. El exgrandeliga falleció el martes, luego de sufrir un infarto en pleno campo mientras jugaba softbol.
Para Gregorio Machado, gloria de los Navegantes del Magallanes, el valor del exlanzador en el equipo era transcendental. “Rubén Quevedo era un líder en el equipo (Magallanes), generaba muy buen ambiente en el dugout. Siempre estaba echando broma con los muchachos. Pero sobre todas las cosas era un hombre trabajador”, afirmó el coach, vía telefónica.
El carabobeño disputó seis temporadas con el uniforme eléctrico y dejó récord de 6-16, con 4.53 de efectividad en 176.2 episodios lanzados. Fue pilar fundamental en el titulo logrado por los navieros en la campaña 2001-2002. En la final de esa zafra ante los Tigres de Aragua, el serpentinero mostró una refinada efectividad de 1.35, con 13.1 innings de labor.
“Quevedo era muy talentoso, un pitcher agresivo, de esos que siempre quieres tener en tu bullpen. Tuve la oportunidad de conocerlo desde pequeño. Los firmé a él y a Alex Escobar al mismo tiempo en el beisbol menor. De verdad que es una pérdida lamentable. Es muy doloroso lo que le pasó”, comentó Machado.
Quevedo estuvo por cuatro años en las Grandes Ligas. En su primera contienda defendió la camiseta de los Cachorros de Chicago, y en las tres restantes actuó con los Cerveceros de Milwaukee. Dejó EFE de 6.15, con 14 triunfos y 30 reveses. Bravos de Atlanta fue el equipo que lo firmó originalmente, en 1995. Luego fue cambiado a los Cachorros.
“Su talento hizo que subiera rápido a las mayores, algo que no es sencillo de conseguir. Es un momento doloroso. Son momentos muy duros para su familia y todos los que lo conocieron. Hay que tener mucha fortaleza”, apuntó Machado, que compartió equipo con Quevedo desde 1998 hasta 2005.
Jueves 2016-06-09