Diego Naranjo Cevallos
Al momento de ser llamado por la directiva de los Tigres de Aragua para reforzarlos en la Serie del Caribe, José “Cafecito” Martínez no dudó en aceptar la invitación que le habían extendido los nuevos monarcas del beisbol criollo, ya que de esta manera podría cumplir su sueño de jugar con su hermano Teodoro, quien es el jardinero central del equipo aragüeño.
Pero el aporte del jugador perteneciente a los Tiburones de La Guaira, fue más allá de los lazos familiares. “Cafecito” cargó con la ofensiva del conjunto felino a tal nivel que fue reconocido como el Jugador Más Valioso de la Serie del Caribe que se disputó en República Dominicana.
“Estoy bastante agradecido con la oportunidad que me dieron los Tigres de poder representar a mi país y de poder jugar con mi hermano (Teodoro)”, comentó -vía telefónica- el jardinero que terminó como líder bate con .480 de promedio, además, disparó un doble, dos triples y un cuadrangular con los que consiguió remolcar siete carreras. “Todo ha sido parte del trabajo realizado durante este año, es parte de todo ese esfuerzo que he realizado durante todo el año”.
“Estoy muy complacido con la Serie, me pasaron muchas cosas bonitas, logré jugar con mi hermano por primera vez en el profesional y ahí estaban mi mamá y mi tía viéndonos, eso fue algo muy especial”, recordó Martínez, que con el estacazo de cuatro esquinas que disparó se convirtió junto con su padre, Carlos “Café” Martínez, en la segunda pareja padre-hijo en sonar cuadrangular en el clásico caribeño (Tony Peña y Francisco Peña también lo lograron). “El día que di el cuadrangular me enteré de la marca de padre e hijo que dan cuadrangulares en una Serie del Caribe, pero lamentablemente no logramos traernos la corona para los fanáticos del país. Si quedé muy contento con lo sucedido en lo personal. Ojalá Dios me dé la oportunidad de estar nuevamente en ese escenario para tratar de traerle ese título a Venezuela”.
“Cafecito” ha tenido un año deportivo sumamente positivo. En ligas menores implantó un nuevo récord para triple A al terminar con un promedio de .384 con el Omaha de Kansas City. “La ética de trabajo ha sido la clave, me cuido mucho en lo mental, pero sobre todo en lo físico. Trabajo todos los días en mi rutina, son muchas las cosas que uno hace para tener estos resultados”, afirmó Martínez. “Tengo que agradecer el apoyo de mi familia, en especial a mi hijo, que me dio las fuerzas para resurgir, para pasar de 1 a +1.000 en tan solo un año”.
“Si fuera por mí ya estuviera en Grandes Ligas”, soltó el miembro del roster de 40 de los Reales. “Hasta ahora no me han dicho nada, simplemente hay que llegar a los spring training con la intención de trabajar duro”, culminó.