Los Clippers de Doc Rivers defienden mal y atacan a ráfagas. Sus refuerzos, que debían solucionar la limitada profundidad que lastró al equipo la pasada temporada, no están aportando demasiado… y cada derrota incluye inicios o finales muy dolorosos: de la remontada de los Warriors a los triples de Lillard o el primer tiempo ante los Raptors en el que los canadienses jugaron con los angelinos como un gato con un ovillo de lana.