En los últimos años se ha puesto de moda llevar un estilo de vida fitness y saludable. Cada vez son más las personas que se apuntan al gimnasio, cuidan su alimentación y tratan de tener una vida activa. Sin embargo, en ocasiones este estilo de vida saludable se conecta con la idea de lograr el “cuerpo perfecto”, que puede convertirse en una obsesión y derivar en un trastorno del comportamiento alimentario.
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Llevar una alimentación equilibrada y hacer ejercicio con regularidad son hábitos muy recomendables para gozar de buena salud. El problema surge cuando se cae en ciertos extremismos o conductas de riesgo como dietas muy estrictas con muy bajas calorías, ejercicio físico excesivo, uso de fármacos para adelgazar o suplementos para aumentar la masa muscular.
Muchas personas que se consideran "fitness" realizan ayunos prolongados, restricciones alimenticias severas o rutinas de entrenamiento extenuantes. Todo ello enfocado en lograr un físico determinado, marcado por unos abdominales perfectos y músculos definidos. Sin embargo, cuando la búsqueda de ese ideal de belleza se convierte en una obsesión, se corre el riesgo de caer en un trastorno del comportamiento alimentario.
Los expertos alertan de que el culto al cuerpo y el afán por conseguir la musculatura perfecta puede ser el caldo de cultivo para desarrollar enfermedades como la vigorexia (dismorfia muscular), la ortorexia (obsesión por comer sano) o trastornos de conducta alimentaria como la anorexia o la bulimia. De hecho, en los últimos años ha aumentado la prevalencia de estos trastornos entre las personas muy involucradas en el mundo del fitness.
La licenciada en nutrición, Jeliza Barajas, menciona que “el término se ha distorsionado por la era de las dietas de moda y las redes sociales; una persona que se considere ´fitness´ no necesariamente tiene una buena salud o un patrón de alimentación ideal.”
La presión por lograr un cuerpo ideal y los mensajes que inundan las redes sociales sobre dietas, tips de entrenamiento o recetas "fitness" también influyen en esta peligrosa deriva hacia los trastornos alimenticios. Por ello, es importante tomar conciencia y poner límites, haciendo ejercicio físico y cuidando la alimentación de forma razonable, sin obsesiones.
Llevar un estilo de vida saludable es positivo, pero obsesionarse con lograr un cuerpo perfecto puede desencadenar un trastorno del comportamiento alimentario. Los expertos recomiendan evitar comparaciones, fijarse metas realistas y aprender a aceptar el propio cuerpo con sus virtudes y defectos. Cuidarse sí, pero siempre desde el autoconocimiento, la autoestima y el equilibrio físico y mental.
La Fundación Ayúdate, la cual reúne un grupo de personas interesadas en ayudar y velar por el estilo de vida saludable de la población, así como de que las personas se sientan satisfechas consigo mismas y con su vida, recomienda que si nota alguna de estas obsesiones, cambios de humor, o si se sienten solos y/o deprimidos por estas situaciones es importante pedir ayuda.
Cuidar nuestro cuerpo es importante, para poder vivir una vida saludable, pero también es importante no dejar de lado nuestra psique que se refiere a la salud mental. Muchas veces estos cuidados obsesivos con tendencias a un “cuerpo perfecto”, tienen que ver con un descuido en otras áreas de nuestra vida, por lo que siempre es recomendable acudir a la ayuda profesional.