El verano no parece prometedor para el hemisferio norte, luego que el pasado fin de semana el servicio de salud de Estados Unidos anunciara que hay una nueva variante del coronavirus SARS-CoV-2, el cual ha empezado a propagarse rápidamente y muestra una alta resistencia a las vacunas ya existentes.
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Los científicos que llamaron a las nuevas cepas del Covid-19 FLiRT (KP.2 y KP.1.1) ambas descendiente de ómicron y de la JN.1. Hasta el momento se está estudiando que tan eficaces son las vacunas ya inoculadas en la población, debido a que calor está generando que se propague muy rápido.
Las investigaciones muestran que la KP.2 pertenece al linaje de la JN.1, siendo la que más preocupa y representó alrededor del 25% de los nuevos casos registrados en la segunda quincena de abril, según datos de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EEUU. Mientras que a nivel mundial el número de casos aumentaron en abril, pero sigue siendo mucho más bajo que hace unos meses.
Aunque las autoridades en EEUU no ha decretado nuevas medidas de bioseguridad extrema, sí están en alerta. Por su parte, la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomendó basar las futuras formulaciones de vacunas en el linaje JN.1, ya que parece que el virus seguirá evolucionando a partir de esa variante, porque muestran alteraciones significativas en la estructura de la proteína Spike y una mayor resistencia a las vacunas existentes, lo cual urge a las autoridades sanitarias acelerar las investigaciones de las vacunas para evitar que una nueva pandemia mundial.
Los síntomas de la variante KP.2
En términos generales, los síntomas de la variante de FLiRT son similares a los causados por JN.1, es decir, dolor de garganta, tos, fatiga, fiebre, dolor muscular, pérdida del gusto o del olfato, dificultad para respirar, náuseas, vómitos y diarrea. Según explicó Pier Luigi Lopalco a Repubblica, los síntomas no deberían ser más graves que los típicos de la gripe estacional".