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Las tensiones entre Estados Unidos y DJI, el principal fabricante de drones de uso civil en el mercado, han alcanzado un punto crítico en medio de acusaciones de que la compañía china representa una amenaza para la seguridad nacional estadounidense.
Las autoridades en Washington han expresado su preocupación por el potencial de los drones de DJI para recopilar información sensible y compartir datos con el gobierno chino, lo que ha llevado a un movimiento legislativo para restringir severamente su presencia en el país.
El Congreso ha puesto en marcha una serie de medidas que podrían llevar a la prohibición de los drones de DJI en Estados Unidos. La inclusión de DJI en una lista del Departamento de Defensa de empresas militares chinas ha desencadenado este proceso, con la consecuente prohibición de la compra de sus productos por parte de las fuerzas armadas estadounidenses. Además, se está considerando la posibilidad de ampliar esta restricción a otras agencias gubernamentales y programas federales.
El impulso para restringir la presencia de DJI en el mercado estadounidense se ha visto reforzado por acusaciones de que la compañía ha estado colaborando con el gobierno chino en actividades de espionaje. Se ha alegado que los drones de DJI podrían estar recopilando datos sobre infraestructura crítica en Estados Unidos y compartiéndolos con el Partido Comunista Chino, lo que plantea serias preocupaciones sobre la seguridad nacional.
El proyecto de ley conocido como Ley de Lucha contra los Drones del PCC ha ganado apoyo en el Congreso y podría resultar en una prohibición efectiva de los drones de DJI en el país. Esta legislación, respaldada por legisladores de ambos partidos, busca evitar que los drones de DJI operen en la infraestructura de comunicaciones de Estados Unidos, lo que significaría un golpe significativo para la compañía en uno de sus mercados más importantes.
El debate en torno a la presencia de DJI en Estados Unidos ha sido intenso, con argumentos a favor y en contra de la prohibición propuesta. Por un lado, los defensores de la prohibición argumentan que los drones de DJI representan un riesgo significativo para la seguridad nacional y deben ser eliminados del mercado estadounidense.
Se han citado preocupaciones sobre la posibilidad de que los drones sean utilizados para recopilar información sensible y llevar a cabo actividades de espionaje en nombre del gobierno chino. Por otro lado, los partidarios de DJI han defendido la calidad y utilidad de sus productos, argumentando que una prohibición tendría repercusiones negativas para los consumidores y las industrias que dependen de los drones de la compañía.